Durante las últimas semanas, el ingeniero Robinson Flores ha recorrido distintas instalaciones de salud en las provincias de Linares y Cauquenes, convencido de que no basta con señalar los problemas, es necesario proponer alternativas reales y viables para enfrentar la crisis que afecta a miles de familias del Maule Sur.
Uno de los temas más sensibles para la comunidad es el retraso del Hospital de Linares. Mientras el Hospital de Curicó —gemelo en diseño— lleva años funcionando y entregando atención moderna a miles de personas, Linares acumula más de una década de atrasos en su construcción.
Robinson Flores conoce de cerca este proceso, ya que participó en la etapa de licitación del Hospital de Curicó durante su gestión como SEREMI de Obras Públicas. Para él, la diferencia en el avance de ambos proyectos refleja la ineficiencia y la incapacidad de las autoridades para concretar obras tan urgentes como necesarias.
Su compromiso es claro: desde el Congreso, integrarse a la Comisión de Infraestructura para exigir que el Hospital de Linares se termine de una vez por todas. La comunidad del Maule Sur no puede seguir esperando; garantizar una salud digna y oportuna es un derecho que no admite más excusas ni retrasos administrativos.
En paralelo, la construcción de nuevos hospitales en Parral, Cauquenes y Linares abre un desafío adicional: definir el futuro de los recintos hospitalarios antiguos.
La propuesta de Robinson Flores busca que estos establecimientos no queden en el abandono ni se destinen a fines secundarios, sino que se conviertan en un aporte permanente para la salud y la educación de la región. Para ello, plantea que sean entregados mediante convenios a las universidades que imparten la carrera de medicina en el Maule —la Universidad de Talca, la Universidad Católica del Maule y la Universidad Autónoma—, creando tres Clínicas Universitarias en el Maule Sur.
Estos espacios tendrían como misión principal la atención y la investigación en torno a las enfermedades que más afectan a la población de la zona: cardiovasculares, oncológicas y respiratorias, sin dejar de lado otras especialidades médicas. De esta forma, no solo se optimizaría la infraestructura ya existente, sino que también se fortalecería la formación de nuevos profesionales y la investigación aplicada a los problemas de salud más urgentes de la comunidad.
Con esta visión, Robinson Flores propone soluciones concretas, responsables y con proyección de futuro, que permitan transformar los desafíos actuales en oportunidades para mejorar la salud del Maule Sur.